
(RADRIOGRAFIA DE UNA VIOLACIÓN)
Con sus coletas brillando
al tibio sol del atardecer
de la escuela regresaba:
con el corazón repleto
de todos lso sueños e ilusiones
que en él, a los quince, habitan.
No les vio de llegar;
ellos sus pasos siguieron
como lobos hambrientos;
a un solar la empujaron
para, a la fuerza robarle,
la más preciada de sus flores.
Se quebró Abril.
sus sueños se durmieron en un cajón;
se olvidaron del Sol, de las estrellas
de la brisa, del mar y de la risa
Cuando se despertó
el Sol ya se había dormido;
solo la quedaba el dolor, la sangre,
y unas lágrimas calientes
que por su rostro rodaban
trazando senderos de dolor;
con la congoja sobre su pecho
como una pesada losa
que, casi, no te deja respirar.
Han pasado los meses:
ahora pasea por el parque
un cochecito con un niño;
le mira y vuelve a recordar
esa tranquila y soleada tarde
en la que todo se quebró;
pero le invade la ternura
porque sabe que no es el culpable
de los actos del que le concibió